Pueblos Mágicos de Puebla
El programa Pueblos Mágicos, es desarrollado por la Secretaría de Turismo federal en colaboración con diversas instancias gubernamentales, así como gobiernos estatales y municipales. Dicho programa contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros.
Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.
Los objetivos del Programa Pueblos Mágicos tienen alcances muy amplios, principalmente el de resaltar el valor turístico de localidades en el interior del país, para estructurar una oferta turística innovadora y original, que atienda una demanda naciente de cultura, tradiciones, aventura y deporte extremo en escenarios naturales, o la simple, pero única cotidianidad de la vida rural.
Los Pueblos Mágicos del Estado de Puebla son: Atlixco, Huauchinango, Cholula, Chignahuapan, Zacatlán, Xicotepec, Pahuatlán, Cuetzalan y Tlatlauquitepec.
En la ladera de la montaña, entre valles de fértiles terrazas, selvas de helechos gigantes donde habitan seres fantásticos, senderos que conducen a idílicas cascadas, grutas que se sumergen en el inframundo y pozas de un agua increíblemente transparente, se alza el Pueblo Mágico de Cuetzalan.
Si Puebla es ciudad de españoles, Cholula es su contrapunto indígena. Habitada durante miles de años, Cholula -en realidad dos ciudades, San Pedro y San Andrés- se construye sobre la ciudad preshipánica, un gran centro ceremonial con siglos de tradición.
Chignahuapan es colorista y lleno de encanto, como si el pueblo entero fuera un lienzo; casas, templos y jardines están pintados en la paleta más alegre de México. Brillantes esferas de Navidad encienden las calles desde cada tienda. El Pueblo Mágico de Chignahuapan parece un escenario de cuento.
Para llegar a Pahuatlán, el viajero debe adentrarse en la Sierra Mágica, atravesando valles y cruzando barrancas hasta este pequeño Pueblo Mágico. El viaje es además un viaje en el tiempo. Los pobladores de esta región han logrado mantener intactos sus modos de vida y sus tradiciones náhuatl.
El viento susurra entre encinos, oyameles y jaboncillos. La tierra se abre en cuevas y manantiales, los ríos se abren paso por las laderas, las cumbres miran al cielo. La virgen de Guadalupe guarda la cascada, y los muros del ex-convento custodian la historia.
Encaramado a lo más alto de la Barranca de los Jilgueros, Zacatlán se rodea de bosques cubiertos de niebla, fértiles campos sembrados de árboles frutales y valles donde las rocas desafían a la gravedad. Un Pueblo Mágico de sobria belleza, alejado de ostentación, orgulloso de su herencia. Junto al antiguo
La ciudad de las flores se ubica en las faldas del volcán Popocatépetl, presume de tener el mejor clima del mundo y las flores son parte del paisaje cotidiano. En estas fértiles tierras se asentaron los españoles, que construyeron templos de bellas cúpulas e imponentes conventos.
Huauchinango es un auténtico paraíso natural. El centro del pueblo mantiene su encanto colonial, con un colorido zócalo presidido por el Palacio Municipal colonial. Rodeado de altos cerros, surcado por ríos que descienden en profundas barrancas formando cascadas, Huauchinango es un lugar ideal para el turismo de naturaleza y la aventura más extrema.
Fue nombrado Pueblo Mágico en el 2012 y se encuentra enclavado en la Sierra Norte, a 3 horas de la capital. Xicotepec posee el honor de haber sido capital de la República Mexicana durante tres días en 1920, mientras se practicaba la autopsia a Venustiano Carranza.